De la agonía al éxtasis: El espíritu transformador del yagé

Por Jimmy Weiskopf

Traducción de Helmer Hernández

Durante siglos, los pueblos indígenas de la cuenca del río Amazonas han utilizado un sacramento mágico curativo conocido como yagé –o ayahuasca, tal como es denominado en lengua Quechua- para incursionar en el mundo espiritual.

El yagé es una bebida que induce visiones, se extrae de una planta psicoactiva selvática (Banisteriopsis sp), la cual se mezcla con otras plantas psicoactivas (1). El yagé ha sido utilizado chamanicamente por los nativos para encontrar objetos perdidos, hacer pronósticos en el juego y la pesca, involucrarse en la guerra síquica, influir en el clima y predecir el futuro.

El yagé también ha sido usado por los chamanes y curanderos nativos para identificar las causas espirituales de la enfermedad y para atacar la fuente de la misma a través de la intervención directa.

Los exploradores y los etnólogos occidentales han escrito acerca del uso ceremonial del yagé desde los primeros años del siglo diecinueve y existen cientos de relatos académicos y populares sobre el tema. Sin embargo, por varias razones, la mayor parte de la literatura sobre el uso chamanico del yagé esta saturada de exageraciones e inexactitudes.

En primer lugar, los chamanes tradicionales -los únicos expertos verdaderos en el uso del yagé- a menudo han sido reacios a revelar su sentido profundo a los foráneos. En segundo lugar, aun cuando los chamanes hayan estado dispuestos y haya podido hablar acerca del uso de la liana, han tenido que comunicar su conocimiento esotérico a los foráneos a través de idiomas y barreras culturales, casi infranqueables

En décadas recientes, ha habido un resurgimiento en el uso experimental del yagé entre no nativos. Por una parte, algunos antropólogos, etnobotanicos, intelectuales intrépidos y exploradores espirituales se han internado apresuradamente en las remotas junglas amazónicas en busca del conocimiento de la medicina tradicional.

Por otra parte, algunos chamanes y curanderos tradicionales han respondido al creciente interés mudándose hacia las ciudades, donde ahora dirigen sesiones habituales de yagé Por ahora, miles de personas no indígenas han participado en algunas ceremonias con yagé.
Muchos han escrito artículos y libros sobre sus experiencias, pero pocos relatos han ofrecido un sólido conocimiento de la manera como opera el yagé. La mayoría de los foráneos han asumido que sus “visiones” se debieron únicamente al efecto de los alcaloides sicodélicos de la planta y no han visto mas allá de esto.
Creo que la falta de comprensión se debe al hecho de que los antropólogos están atados a una ética científica que descarta las explicaciones sobrenaturales, y la mayoría de los aficionados - como yo- estamos profundamente condicionados por la crianza materialista occidental que nos impide creer en los territorios espirituales.
Además, un numero relativamente reducido de personas no profesionales que han experimentado con el yagé, han realizado aprendizajes de largo tiempo, un proceso que puede ser esencial para la comprensión de la totalidad de los poderes curativos y visionarios del yagé.
He vivido en Colombia desde 1977. Como periodista americano, he realizado cinco viajes prolongados a las regiones del bajo Putumayo para estudiar las practicas del yagé bajo el tutelaje del reconocido chaman Siona, don Pacho Piaguaje.
Durante esas visitas, que duraron por lo menos un mes, cada una; tomé yagé regularmente una vez o dos veces por semana, y solamente después de muchas sesiones fui finalmente capaz de comprender lo que estaba viendo. Al mismo tiempo, el mismo yagé me ha hecho agudamente conciente de los limites de mi entendimiento.
Por consiguiente, debo prevenir a los lectores que lo que voy a decir sobre la naturaleza del yagé esta basado principalmente en mis experiencias altamente subjetivas, complementadas con informaciones y observaciones tomadas de Don Pacho y otros chamanes que he conocido.
Con esa advertencia de presente, empezaré diciendo que el yagé es en verdad un bejuco notablemente sicoactivo. Después de ingerirlo muchas veces, estoy completamente de acuerdo con aquellos nativos que dicen que el yagé es una presencia viva con una personalidad notablemente vigorosa y fuerte. No es extraño que el espíritu de la planta aparezca en las visiones y anuncie que es un canal directo con un ser superior- bien sea Dios, la naturaleza o el espíritu.
El yagé probablemente es más conocido entre los occidentales por su contenido extraordinario y colorido. Según diversos relatos, las pintas con yagé (visiones) pueden abarcar desde escenas vividamente detalladas recreadas desde la propia memoria hasta paisajes sobrenaturales llenos de plantas y animales exóticos, criaturas míticas y seres espirituales.
Algunos escritores han comparado la experiencia con el yagé al LSD o a los viajes con los hongos sicodélicos. Sin embargo, los viajes visionarios que he experimentado con yagé tienen pocos paralelos con aquellos que he experimentado con otros sicodélicos denominados drogas reveladoras de la mente.
Al más básico nivel psicológico, las visiones con yagé se distinguen por sus formas geométricas brillantes y multicolores que se repiten y emergen una a partir de otra, creando un montaje caleidoscopio que pasa precipitadamente junto al observador.
Es como si uno fuera empujado a una gran velocidad a través de un paisaje fantástico decorado con animales míticos y símbolos religiosos. La experiencia visual es comparable a la observación de una película de dibujos animados –tal como Submarino Amarillo- mientras uno esta bajo el efecto de la marihuana.
Aunque los aspectos visuales de un viaje con yagé pueden ser verdaderamente extraordinarios, es improbable que el yagé se convierta en un sicodélico popular. El yagé implica demasiado sufrimiento físico y búsqueda espiritual cómo para convertirse en una droga para consumidores recreativos.
Aun cuando algunos sicólogos contemporáneos han mostrado interés en la capacidad del yagé para revelar y transformar problemas emocionales profundamente arraigados, sus efectos eméticos pueden limitar su uso en la psicoterapia convencional. Para aquellos que buscan una alternativa espiritual viable al materialismo occidental, el yagé tiene el mayor potencial y atractivo en su habilidad para abrir la puerta hacia espacios espirituales altamente tangibles.
Desafortunadamente, las personas que usan el yagé por primera vez raramente tienen el gozo o incluso experimentan la completa gama de las visiones con yagé, primeramente porque sus visiones son obscurecidas a menudo o incluso obstaculizadas por la nausea, el temor, la confusión mental que acompaña a la intoxicación.
Los principiantes pueden sentir una moderada exaltación y pueden captar destellos de imágenes vagas y fugaces, pero raramente son capaces de consumir suficiente yagé para alcanzar visiones de mayor escala. Pocos practicantes afortunados pueden tener experiencias visuales extraordinarias durante sus primeras escasas visiones, posiblemente porque esas personas son excepcionalmente puras en cuerpo y espíritu. (4)
Sin embargo, la mayoría de foráneos y nativos aculturados encuentran desagradables sus experiencias iniciales con yagé. En mi caso, no tuve ninguna visión avanzada hasta después de ser purificado completamente por la planta.
Aprender con yagé puede implicar un largo proceso de purificación – y a veces extremadamente traumático. Me tomó varios meses de ingestiones previas para estar suficientemente puro como para ser capaz de consumir suficiente yagé y experimentar visiones sin sufrir demasiado.
Sin embargo, como la agonía es causada no tanto por el proceso de evacuación como por la resistencia personal a ser purgado, el proceso se vuelve gradualmente menos doloroso. Entre mas yagé pueda ser tolerado, más fácil suele ser la evacuación, y más visiones pueden percibirse.
Don Pacho a veces compara al yagé' con un animal salvaje al que hay que aproximarse con gran cautela -no le permitirá hacer contacto pleno hasta que lo conozca muy bien. Según Don Pacho, puede tomar meses, o incluso años, de ingestiones semanales de yagé antes que uno experimente sus beneficios plenos. Casi todos los chamanes concuerdan en que un novicio debe beber mucho yagé durante un tiempo considerable para volverse un visionario, y que puede tardar muchas décadas antes que uno domine totalmente el espíritu del yagé.
El proceso de purificación
Aun cuando el yagé puede parecerse a algunos sicodélicos porque induce dramáticas formas visuales e imágenes parecidas a los sueños, he llegado a la conclusión de que las visiones más significativas no son solamente inducidas bioquímicamente. En cambio, sugiero que el yagé remueve las capas físicas y emocionales que nos impide mirar el mundo espiritual que nos rodea.
En realidad, una o dos veces –durantes esos estados hipnóticos semi- concientes que preceden al sueño- he tenido breves visiones parecidas a las visiones con yagé, que no fueron inducidas con esta planta.
Estas experiencias espontáneas – y el hecho de que algunos yogis entrenados y síquicos talentosos parecen tener acceso permanente al mundo espiritual – me sugiere que puede ser posible tener visiones sin el uso del yagé.
Muchas religiones predican que uno debe purificar el cuerpo y suspender el ego para alcanzar lo divino –es decir que uno debe morir para renacer. En occidente, El cristianismo con su enfoque universal para la salvación- ha enseñado que el camino de la iluminación se hace a través de la purificación del alma, negando el cuerpo. En cambio, en oriente, las disciplinas del yoga y las disciplinas tántricas han enseñado que no hay tal separación entre la materia y el espíritu, y que es solamente por medio de la purificación de nuestras mentes y cuerpos que podemos abrirnos al mundo espiritual.
Aunque los chamanes que usan yagé raras veces filosofan sobre sus practicas, supongo que el yagé puede inducir estados extásicos de conciencia a través de una combinación de purificación física y la muerte terapéutica del ego.
La gran virtud del ritual con yagé es que este es un camino relativamente autónomo y auto regulado hacia el éxtasis espiritual y la iluminación. Mientras que los practicantes del yoga y el tantrismo buscan los estados extásicos purificando el cuerpo a través de los ejercicios físicos, la meditación y las disciplinas mentales, habitualmente, poca gente tiene la paciencia para emplear décadas luchando por dominar tales disciplinas rigurosas para alcanzar visiones extásicas. Trabajando con plantas medicinales como el yagé, puede ser posible purgar efectivamente el cuerpo a través del vomito y la defecación y alcanzar visiones extásicas en poco tiempo.

A diferencia de las prácticas del yoga y el tantrismo, el yagé no requiere una gran disciplina y un extraordinario autocontrol para realizar el proceso. Todo lo que hay que hacer es ingerir el brebaje, y enseguida uno esta irrevocablemente involucrado en un intenso proceso transformativo. Una vez que se ha tenido el valor de beber suficiente yagé, él purificará no solamente el cuerpo y la psique completamente, también lo enviara volando a través de las puertas de la percepción.
El interrogante es: ¿de que manera la purificación del cuerpo ayuda a alcanzar estados extásicos? A través de los años, he notado que la gente que ha tenido la mayor dificultad en alcanzar estados extásicos sufre usualmente de mentes hiperactivas.
Basado en mis experiencias con yagé, estoy convencido que buen parte de la inquietud mental es un subproducto directo de la polución física debida a los aditivos químicos, al exceso de alimentos y los contaminantes ambientales. Una vez que los cuerpos han purgado ese exceso de escoria- a través del ayuno, la meditación, o los purgantes –nuestras mentes hiperactivas se vuelven mas calmadas y claras, permitiéndonos ver, o al menos sentir, la energía espiritual que hay detrás de las formas físicas.
El proceso terapéutico
En algunas partes del Amazonas, el yagé también se utiliza para purgar el organismo y expulsar los parásitos intestinales, y no dudo que una parte del misterioso poder curativo del bejuco puede derivarse de su capacidad para limpiar completamente el tracto intestinal.
El vomito y la defecación son mecanismos clásicos para expulsar la enfermedad del cuerpo, y el yagé es ciertamente la medicina purgativa quintaesencial. Sin embargo, no quiero dejar la impresión de que el yagé es meramente un purgativo físico. He visto trabajar al yagé en algunas de sus curaciones mas mágicas y dramáticas en personas que estaban tratándose principalmente con problemas sicológicos o emocionales.
Aprendiendo con Don Pacho en el Putumayo, vi al yagé trabajar en algunas purgas brutales con campesinos fuertes y jóvenes que eran adictos al alcohol o al bazuco. Durante el proceso de vaciar repetidamente sus intestinos, esos recios jóvenes solían a menudo mostrar sus más secretas ansiedades.
A medida que ellos enfrentaban y liberaban progresivamente los temores personales y problemas emocionales que los habían conducido a los vicios, a menudo solían descomponerse y mostrar un lado mas calmado y sensible de sus personalidades. Purgas simultaneas del cuerpo y de la mente parecen suceder, en una forma moderada, a todo aquel que toma yagé.

Una característica interesante del yagé es que puede hacer expulsar mucho mas de cuanto pudiera estar contenido en el tracto intestinal. Puede hacer vomitar y defecar hasta que uno piensa que es imposible expulsar mas, y luego aun viene más. Cuando empecé a tomar yagé, quise ingenuamente minimizar los efectos purgativos ayunando de antemano. Para mi consternación, pronto descubrí que vomité y defequé tan violentamente como los otros participantes en la sesión. Como estaba débil a causa del ayuno, casi no tuve suficiente energía física para afrontar el efecto del yagé en mi sistema digestivo y sinceramente y por momentos llegué a sentir que estaba a punto de morir.
He visto que otros han tenido purgas extraordinarias semejantes. Recuerdo a un hombre adulto cuya razón principal para tomar yagé era la perdida del apetito. Aunque había comido escasamente durante los dos días anteriores a la ingestión de la poción, vomitó continuamente toda la noche.
Basado en varias de aquellas experiencias, he concluido que el yagé funciona como una especie de purgante trascendental. Durante mis extensas visitas –cuando estuve tomando yagé varias veces por semana y las purgas fueron vaciando y limpiando mi tracto intestinal progresivamente –no solo empecé a experimentar un estado de salud mejorado, sino que también me di cuenta que era capaz de sostener y trabajar mas con mis visiones.
Aunque no estoy seguro de la forma como el yagé trabaja exactamente, creo que de alguna manera rompe las barreras bioenergéticas, o tensiones, que pueden estar en la base de la enfermedad y las libera en forma de vomito y excremento.
En mi experiencia, a medida que el yagé hacia su lento recorrido a través de mis intestinos (toma alrededor de media hora sentir los primeros efectos) era conducido en una especie de sensibilidad enteramente nueva, me volví conciente de mi centro vital, mi ser esencial -lo que los místicos japoneses llamar el “hara” –alojado en el hoyo de mí estomago.
El yagé me hizo visceralmente consciente de que los seres humanos somos los descendientes de criaturas unicelulares y que -no importa cuan complejo haya sido nuestro subsiguiente desarrollo- todavía somos un tubo o un intestino a través del cual fluye el alimento.
A medida que el yagé realiza su recorrido a través del organismo, no solamente limpia los alimentos sobrantes, estimulantes y venenos alojados en el cuerpo, sino que al parecer limpia las viejas emociones represadas y traumas almacenados literalmente dentro de los intestinos.
Puedo recordar muchos momentos en mis primeras sesiones cuando estaba abatido por lo que comúnmente se denomina “la pálida”. Blanco como un papel, con nauseas, asfixiado e incapaz de moverme, experimentaba una aguda desesperación física y moral que bordeaba en la locura. No solamente era incapaz de actuar, sino que no podía concebir la manera como descargar el dolor y el miedo.
De entre los muchos consejos que me dio Don Pacho, el más sabio y más útil fue aquel de que en aquellos momentos el aprendiz del yagé deber ser un macho(5).
Basado en mi experiencia limitada, noté ciertas correspondencias temporales entre mi contenido visionario y mi estado psicológico. Por ejemplo, he notado que muchos de mis visiones más intensas con yagé han ocurrido en los momentos de mayor angustia intestinal, cuando estaba a punto de defecar o vomitar.
Es interesante anotar que las figuras prevalecientes en esas primeras visiones son serpientes – reflejan la forma del bejuco y de nuestros intestinos.
A veces, tenia la sensación realista de haber sido atrapado por esas figuras por el pecho y la cabeza, como si estuvieran tratando de llevarme a rastras hacia los dominios del diablo.
Cada vez mas me di cuenta que las extrañas serpientes o demonios de mis visiones eran espíritus agraviados, sublevándose en mis intestinos y protestando a gritos contra años de represión y abuso. A menudo cuando estaba en la verja vomitando y defecando, miraba a los espíritus más malignos mofándose de mi malestar o intentando lanzarme al piso.
A medida que me volví mas lucido, empecé a reconocer que esos monstruos eran mis alter egos –el lado oscuro de las mascaras del ego que todos aprendemos a llevar en la interrelación social normal. Cuando aprendí a enfrentar a cada uno de ellos y a reconocerlos como partes de mí mismo, empezaron a desaparecer.
Finalmente, aprendí que la única manera de darle salida a la agonía intestinal era abandonar mi falso ego y capitular ante las circunstancias. Cada vez lograba hacer frente a la mierda metafórica responsable de mi agonía, liberaba mi mierda física, trascendía mis limitaciones personales y alcanzaba visiones extásicas.
Esa iluminación podría ser solamente un asunto de vaciar –no evadir- nuestros viejos excrementos emocionales? Irónicamente, cuando yo estaba literalmente arrodillado –completamente indefenso, con el vomito fluyendo de un extremo de mi cuerpo y el excremento del otro, aparecía el primer escalón de la escalera hacia el cielo.
Estoy convencido que la principal razón por la cual la mayoría de los aprendices no tienen el coraje de tomar suficiente yagé es que temen enfrentar la perdida del auto control implicado en el vaciamiento de sus intestinos. La concientización de que nuestros intestinos tienen una vida (y casi una mente) puede ser altamente perturbadora porque nos recuerda en que medida nuestros egos son controlados por el condicionamiento de los otros. (6) Este reconocimiento puede provocar lagrimas, maldiciones, risa histérica, estados catatónicos, convulsiones e incluso agresión física.
Basado en la prevalencia de tales liberaciones emocionales, algunos observadores han sugerido que el yagé es esencialmente un poderoso suero de la verdad que motiva a la gente a revivir y a liberar miedos infantiles intensos, conflictos interpersonales y la represión social.
Algunos observadores occidentales han sugerido que los rituales terapéuticos con yagé son algo mas que etnoterapia – una especie de precursor primitivo de la psicoterapia contemporánea. En algunos aspectos, la experiencia con yagé comparte similitudes con el trabajo que se hace en encuentros grupales y algunas escuelas contemporáneas de la “anti sicología” Al igual que el método de trabajo d R.D. Laing y Arthur Janov, los rituales con yagé al parecer utilizan una especie de terapia de shock basada en una combinación de liberación bioenergética dolorosa y la confrontación interpersonal(7)
Es muy posible que las sicovisiones catárticas pueden contribuir a los poderes terapéuticos y curativos de la planta. Sin embargo, cualquier intento por explicar las visiones con yagé únicamente en términos de respuestas bioquímicas o como sicoterapias está inevitablemente condenado al fracaso porque se ignora un ingrediente esencial – el papel de los espíritus en el proceso de curación chamánica.
Los espíritus curativos chamánicos
Aunque a menudo los principiantes son inconscientes de los aspectos chamánicos más sutiles de los rituales del yagé, es difícil participar en una sesión sin observar la manera como el chaman conduce las curaciones chamánicas. Don Pacho usa con frecuencia una combinación de manipulaciones psíquicas y el masaje físico para tratar a sus pacientes durante las sesiones del yagé.
Mientras canta con el acompañamiento del chasquido de un abanico de hojas, para pedir la ayuda espiritual, Don Pacho amasa físicamente en diversos sitios del torso hasta que encuentra "las marcas de la enfermedad." Entonces, en una realidad imaginaria o alternativa, extrae la enfermedad, usando un golpecito de la mano y una exhalación aguda para arrojar lejos los espíritus malos. En una actitud chamánica clásica, Don Pacho también puede chupar en un punto particular, llenar sus mejillas de la intrusión mala y luego arrojarla lejos, soplándola.
Algunos observadores han supuesto que esas curaciones chamánicas pueden servir como tratamientos placebos, ayudando solamente a las personas que creen en los poderes religiosos y sobrenaturales. Sin embargo, es difícil ignorar los centenares de testimonios casuales y algunas curaciones documentadas que sugieren que Don Pacho y otros chamanes del yagé han efectuado curas milagrosas de enfermedades físicas reales, basándose en información obtenida de los espíritus en las visiones del yagé.
Don Pacho atribuye sus aciertos a los espíritus que lo visitan en sus visiones, quienes le explican las raíces de los problemas y señalan las maneras de tratarlos. "Cuando estoy chumado con yagé - explica con convicción y sinceridad - yo vuelo a la vía láctea y converso con los espíritus y ellos me dicen cómo curar. A veces, en estas visiones, ellos me muestran cierta planta y el dia siguiente yo entro en el bosque para encontrarla y con ella sano a la persona enferma."
Yo no sé si Don Pacho cree que realmente está volando en una forma espiritual o si está viajando en su imaginación. Sin embargo, el ha dicho repetidamente que las imágenes espirituales que lo rodean a uno durante una sesión del yagé realmente no vienen de otro "mundo imaginario". Él cree que el mundo de los espíritus refleja lo mas profundo, la esencia fundamental de las cosas, mientras el llamado “mundo real” es simplemente una ilusión. Es más, Don Pacho cree firmemente que los espíritus y energías con las que él trabaja son poderes transpersonales reales.
La secuencia Visionaria
Todos los chamanes del yagé que conozco dicen que los aprendices pasan por una especie de ascensión visionaria antes de volverse videntes reales o visionarios. Un chaman me explicó que en primer lugar se observa una boa cuya apariencia siempre es temerosa. La boa lo envuelve en su espiral y lo estrangula para que la persona entre en la agonía del vomito; después de que los intestinos se vacían, se puede mirarla desapasionadamente. Cuando esas sensaciones desagradables desaparecen—aunque pueden repetirse en cualquier sesión--significa que uno ha terminado la primera fase de purificación y está listo para los niveles más altos. Luego, se ve el dragón que es el espíritu de fuego. Finalmente, el nivel máximo --sólo alcanzado por unos pocos-- viene cuando usted puede transformarse en un tigre.
Como a los indígenas a menudo les gusta satisfacer las expectativas exóticas de los forasteros, algunas historias sobre chamanes que se convierten en tigres y boas deben tomarse con precaución. Sin embargo, la idea básica de una progresión secuencial de imágenes no puede ser improbable.
Ciertamente, en esta área se requiere realizar estudios e investigaciones más avanzadas. Si la secuencia es consistente interculturalmente y diversas personas en momentos diferentes comparten la misma sucesión básica de visiones--podría sugerirse que las visiones puedan ser mas que alucinaciones aleatorias y pueden corresponder a alguna " realidad objetiva " - ya sea interna o externa.
Una vez más, a uno le puede tomar numerosas sesiones antes que se pueda experimentar esta progresión. Yo sé que mi propia habilidad para ver ha evolucionado con el tiempo. Durante mis encuentros iniciales con yagé - sólo antes de que yo empezara a defecar y vomitar seriamente- tenia la tendencia a mirar imágenes difusas de figuras vegetales y modelos geométricos que a veces adquirían formas de insectos pero normalmente se desvanecían en contornos vagos.
Mi pantalla mental podría estar densa con estas imágenes, pero sus colores no eran muy luminosos y el fondo global era oscuro. Estos modelos normalmente llegaron y fueron (esparció en absoluto con los períodos de ningún visuals) hasta que las primeras convulsiones intestinales agarraran mi atención no dividida. Entonces, las figuras normalmente se volvieron más claras y a menudo se transformaron en varias clases de monstruos -serpientes, animales rapaces, y diablos - que extendían la mano para atacarme.
Esta sucesión de imágenes y sentimientos solía repetirse varias veces - con visiones que preceden cada ataque de vomito y defecación. Sin embargo, no quiero dejar la impresión de que todo lo que pasa en una sesión del yagé es sufrimiento, visiones, descarga de los intestinos y retornos a la hamaca o camastro para caer desmayado.
Esto está lejos de lo habitual en la mayoría de las sesiones. Uno normalmente esta rodeado de quince a veinte personas que están pasando por procesos similares, cada uno a su manera. Las personas tropiezan con su hamaca, los chamanes pueden cantar y charlar cuando dirigen las curaciones y los participantes mantienen conversaciones esporádicas. Las visiones se interrumpen, se influencian y se modifican constantemente por toda la actividad circundante.
Una vez que uno sobrevive a estas fases iniciales de purgación rigurosa - y si logra beber otra taza de yagé- entonces se empieza a ver visiones más apaciguadas, más claras en el ojo de la mente. Esta fase secundaria era a menudo precedida por un viaje a través de un túnel largo, o por una precipitación de formas figurativas, geométricas similares a aquellas experimentadas antes.
Sin embargo, las figuras se agrupaban conformando formas complementarias sin perder su naturaleza esencial. Gradualmente, las figuras bajaban lentamente, se volvían más definidas, y asumían colores más luminosos.
Durante esta fase secundaria, encontré mucho más fácil fijar las imágenes en mi mente. Con el tiempo, aprendí a enfocarme selectivamente en las imágenes particulares cambiando el campo de visión de mi ojo interno.
De vez en cuando, las visiones internas parecían ser las variaciones de mis recientes experiencias. Por ejemplo, en una sesión –después que había pasado la tarde caminando a través del bosque- Vi paisajes salvajes surrealistas altamente intensificados. En otros momentos, las visiones tenían motivos estrictamente imaginarios, pero con mayor frecuencia ellos contenían ciertas imágenes religiosas convencionales. Ocasionalmente vi Budas y mandalas, pero en la mayoría de los casos vi motivos que tenían que ver con la mitología india amazónica.
Una de mis visiones recurrentes involucró una maloca antigua (un tipo de choza de paja grande, comunal. (9) Era una enorme estructura muy alta con un tejado que se extendía más allá de la vista, alcanzando los cielos. En los espacios superiores, parados en las vigas de madera y travesaños, miles de indios vestidos con taparrabos estaban mirando y apuntando hacia mí.
En otras visiones, encontré variaciones más bucólicas del mismo tema: grupos de nativos meciéndose en hamacas, haciendo artesanías, o bañándose en el río. Estas visiones se sentían como si estuvieran aconteciendo en la realidad presente pero su contenido se situaba definitivamente en algún pasado ideal.
El contenido exacto de mis visiones varió enormemente de una sesión a otra, pero noté que había una progresión general que iba del miedo a la calma, de la vaguedad a la precisión, de la oscuridad a la luz. Basado en el hecho de que la intensidad, claridad, la duración, el color, etc., de mis visiones parecía mejorar de acuerdo con la pureza de mi cuerpo, creo que el yagé puede limpiar y sanar las fibras espirituales de nuestro ser y nos permite ver las realidades alternativas.
Después de haber tomado yagé durante algún tiempo empecé a percibir espíritus estando en estado de vigilia. En la mayoría de las sesiones con yagé, los momentos en que ocurren las visiones internas están intercalados con momentos cuando uno esta completamente despierto - con los ojos abiertos. Al continuar trabajando con el yagé, empecé a sentir - sin mirarlos directamente - muchos espíritus rodeándome incluso cuando estaba despierto.
Durante mucho tiempo, asumí que cuando Don Pacho hablaba de espíritus se estaba refiriéndo a las visiones internas. No fue hasta después de algún tiempo de estar tomando el yagé que empecé a experimentar la visión de espíritus en vigilia. Durante la mayoría de las sesiones del yagé, los momentos de visiones internas son intercalados con los momentos en que se está totalmente despierto--con los ojos abiertos.
A medida que continué trabajando con el yagé, yo empecé a darse cuenta –sin necesidad de ver directamente— que muchos espíritus que rodeaban incluso cuando yo estaba despierto.
Mi capacidad para percibir los espíritus durante estados de vigilia cambió considerablemente con el tiempo, dependiendo de un numero de factores, la cantidad de yagé que había tomado, mi pureza emocional o sicológica, y mi experiencia en el trabajo con el yagé. Con el tiempo, empecé a mirar configuraciones móviles de energía moviéndose en la atmósfera las cuales revelaban la presencia espiritual.
Luego empecé a mirar los campos de energía manifiestos en algo más substancial –zonas o corrientes de energía cargadas con puntos de luz intermitentes. Eventualmente, pude mirar los espíritus en forma de imágenes oníricas desvanecidas, y luego como imágenes muy vividas y substanciales.
En este punto, soy incapaz de probar la existencia de esos espíritus. Sin embargo cuando estoy embriagado con yagé, tengo la innegable sensación que los espíritus son reales y que estoy experimentado un campo que esta mas allá de la existencia ordinaria. A diferencia de las visiones interiores, esas energías espirituales se sintieron extrañamente reales como si fueran entidades independientes.
En contraste con el espíritu del yagé, el cual se siente como un maestro benevolente, algunos de esos otros espíritus se notaban sublimes y algunos realmente malignos. Es interesante anotar que cuando esas energías aparecían, el mismo yagé solía instruirme para mantenerme alerta frente a ellas cantando o invocando con propósitos protectores a mis animales totémicos, como yo había visto hacerlo a don Pacho y a otros chamanes.
Facultades paranormales
Aunque varios libros recientes han desdeñado los relatos acerca de la naturaleza telepática de las visiones con yagé, hay ciertas indicaciones sugerentes que el yagé puede, en realidad, eventualmente abrir un sexto sentido y permitirnos la comunicación con las realidades chamánicas.
Numerosos relatos anecdóticos en la literatura antropológica también sugieren que algunas visiones con yagé - así como algunos sueños ordinarios- pueden contener información premonitoria. Además, he notado que después de trabajar con yagé durante periodos prolongados, a menudo he sido empujado hacia un mundo de intuiciones misteriosas y extraordinarias sincronías, una condición que dura mucho tiempo después de que la sesión se ha terminado y yo vuelvo a la vida normal.
Por supuesto que los novicios del yagé deberían evitar poner mucha fe en sus visiones iniciales como esbozos para la acción en la vida real. Aunque las visiones del yagé –como algunos sueños- pueden contener percepciones genuinas e indicios acerca del presente y el futuro, también pueden contener elementos de deseo mezclados con elementos verdaderos. Reconocer esa diferencia puede tomar una experiencia y madurez considerables.
Don Pacho dice que cuando el aprendiz y el maestro están bajo la influencia del yagé, el maestro puede enseñar a su discípulo directamente a través de un proceso que nosotros podríamos llamar “Trasmisión mental”. Según don Pacho, la transferencia telepática del conocimiento y el poder desde el maestro al aprendiz no es una metáfora sino un proceso estrictamente empírico que ocurre en conjunción con el uso de los cantos mágicos.
Mientras que en algunos casos las palabras de las canciones pueden ayudar en este proceso invocando ciertas imágenes a través del poder de la sugestión, don Pacho dice que la información chamánica más vital no puede transmitirse directamente con palabras.11
Para los foráneos, la existencia de los espíritus del yagé y la eficacia de sus visiones puede existir únicamente a los ojos de los observadores y los creyentes. Sin embargo, basado en lo que he visto no puedo reducir las visiones del yagé a simples alucinaciones o supersticiones primitivas.
Me tomó varias secciones con yagé para limpiar mis ventanas síquicas antes que pudiera experimentar el espíritu del yagé como una presencia viva. Me tomó otras sesiones más para empezar a mirar energías espirituales rodeándonos, pero el esfuerzo ha sido valioso.
A pesar del énfasis que este articulo hace en la defecación, el vomito y el sufrimiento, los rituales con yagé raras veces son experiencias negativas. Una vez que ha sobrevivido a su purgatorio personal, la experiencia puede ser altamente placentera y positiva. En contraste con “la depresión post viaje”, la resaca y la ansiedad mental incontrolable que he experimentado con otros sicodélicos, el yagé siempre me ha hecho sentir liviano, limpio, calmado y lleno de un gran optimismo.
Sin nada mas, el yagé me ha permito palpar la fuente de la dicha y entrar en un éxtasis religioso genuino, de una manera sensata y modesta. Esta puede ser su gran paradoja y su gran misterio. En un nivel, una sesión con yagé es una experiencia catártica profunda que resulta en una purga de la compasión y el miedo.
En otro nivel, es una fiesta espléndida e informal donde la persona permanece todo la noche en medio de la borrachera, algarabía, y las revelaciones traumáticas, asustado y tenso y deja fluir sus preocupaciones, hace amistad con extraños, canta y maldice, invoca a sus deidades – y finalmente entra milagrosamente a la mañana sin una resaca.
El ritual del yagé puede empezar con una experiencia cercana a la muerte, pero este finalmente culmina con el renacimiento. El sentido de la renovación y el bienestar que llega al amanecer no es definitivamente una falsa ilusión. Puede verse en los rostros y cuerpos relajados de los otros participantes cuando despiertan hacia el nuevo dia.
Sus rostros radiantes expresan la mirada modesta y vulnerable de los niños y la claridad de aquellos que han experimentado la iluminación. Habiendo estado al borde de la agonía, la locura y la muerte, los participantes han aceptado el sufrimiento y se han vuelto mejores personas gracias a el.
Notas
1.Generalmente para preparar el yagé, al bejuco se le quita la corteza al bejuco y los trozos machacados son cocidos en agua por mas de un dia. Algunas veces el yagé es machacado y extraído en frío.
El bejuco es casi siempre cocinado con una planta complementaria, de la cual hay por lo menos ocho variedades. En la comunidad donde me inicié, las hojas verdes oscuras de otro bejuco al cual Don pacho llama el compañero se agrega a la mezcla, con el propósito especifico de refrescar la poción. Según Don Pacho, el yagé es una sustancia muy caliente, que puede quemar los órganos internos si no es balanceada con estas hojas.
2. En Colombia, la urbanización de los rituales con yagé ha ocurrido en forma ocasional e informal. Sin embargo, en Brasil, los visionarios con yagé han establecido varios cultos urbanos con varios miles de seguidores.
3. A través de este ensayo, he usado deliberadamente el termino “visión” en lugar de “alucinación”. Ambos pueden ser producto de la imaginación, pero una alucinación implica la creación de imágenes irreales que son el resultado de una mente enferma o que esta funcionando mal. En contraste, las visiones portan verdades reales y provienen de una mente saludable e inspirada.
4. En algunas culturas amazónicas, los niños se inician en el uso del yagé a la edad de siete u ocho años. Según don Pacho, la razón es que los preadolescentes – quienes son inocentes emocionalmente, limpios físicamente, y puros sexualmente - pueden entrar en el mundo del yagé mas fácilmente que los adultos.
Reconozco también que he visto algunos colombianos urbanos alcanzar estados visionarios con destacada rapidez. Como la mayoría de Colombianos tiene un índice de sangre india, yo supongo que puede haber un factor genético de carácter místico comprometido en esto.
5. Por supuesto, el aprendizaje del yagé no tiene nada que ver con ser un “macho” o pro hombre. He observado que las mujeres que toman el yagé sufren mucho menos que los hombres, probablemente porque la habilidad de vaciar los intestinos es principalmente una cuestión de conocimiento corporal, y las mujeres están a menudo más en contacto con sus cuerpos que los hombres.
En contraste, los varones urbanos blancos, sobre todo intelectuales que están fuera de forma física, parecen sufrir más. La formación total de su ego esta basada en la represión instintiva y la idea de que ellos son más inteligentes que todos los demás a veces va en contra del espíritu del yagé.
6. Aunque la liberación de los desperdicios corporales es fundamentalmente un proceso involuntario, orgánico, nuestros padres y sociedad nos han enseñado que ese funciones corporales es sucias y molestas. Mas tarde la sociedad usa las ansiedades internalizadas que rodean las funciones corporales para enseñarles a los niños a negar y reprimir otros impulsos instintivos.
Aunque hasta cierto punto puede ser útil para los niños amoldarse a conformar las expectativas de otros, la mayoría de nosotros nos volvemos esclavos de un conjunto de reflejos condicionados inconscientes que no sólo nos detienen sino que nos causan mucho pesar e incluso daño. Bajo la influencia de yagé, es repentinamente fácil entender el concepto de Wilhelm Reich de "acorazamiento del cuerpo” Reich argumentaba que nuestros tallos neuróticos provienen de la internalización de shocks psíquicos que experimentamos en la niñez temprana. Siempre que somos castigados --a través de palabras o golpes --por expresar nuestras naturalezas instintivas, nuestro cuerpo se protege instintivamente formando el acorazamiento del cuerpo.
Además como esta coraza inhibe el funcionamiento natural de los músculos y órganos interiores y las funciones autónomas, esto puede llevar después a serios problemas físicos y psicológicos en la vida.
7. Ver R. D. Laing, Políticas de Experiencia (Fantheon, 1983); y Arthur el lanov, El Grito Original (Putnam Publishing el Grupo, 1981).
8.Aunque es costumbre para los participantes discutir y analizar sus visiones con el chaman después de la sesión, esto normalmente se hace de una manera muy confidencial. Me han dicho algunos participantes Nativos que es imprudente o incluso peligroso revelar las visiones a alguien diferente del chaman.
9. La apariencia de malocas en mis visiones fue una anomalía porque, mientras estas son comunes en muchas culturas amazónicas, no se usan en la comunidad Siona dónde hice mi aprendizaje.
10. Según muchos mitos y tradiciones indígenas, todos los seres fueron dotados originalmente de las habilidades paranormales, pero los humanos han perdido estas habilidades debido a " la contaminación." Es fácil ver cómo estas capacidades visionarias que una vez fueron vitales para la supervivencia de los cazadores-recolectores, podrían olvidarse y perderse en las culturas urbanas que dependen del desarrollo de otros tipos de talentos y sensibilidades.
11. La memorización de mitos o cantos—lo cual juega un papel importante en algunas culturas amazónicas que utilizan la coca -es secundaria en las tradiciones del yagé. Las canciones espontáneas que el yagé inspira en el maestro no están destinadas a ser aprendidas por el aprendiz. La meta en el ritual del yagé' para el aprendiz es alcanzar un cierto nivel de iluminación para ser capaz de recibir sus propias canciones directamente de la planta.


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Jim Weiskopf es un periodista norteamericano que se graduó en la Universidad de Columbia, Nueva York y en la Universidad de Cambridge en Inglaterra. Ha vivido en Colombia desde 1977. Es miembro de la Colombia Foreign Press Association, ha escrito para el Wall Street Journal, Time, Americas y otros publicaciones. También escribe regularmente para el Colombian Post. Este articulo fue tomado de “Shaman’s Drum”, una revista sobre chamanismo, publicada en el Otoño del 1995.

6 comentarios:

Mago Blanco - Colibri dijo...

Muchas gracias por compartir sus experiencias con nosotros. A pesar de ser un hombre blanco de la ciudad (nacido en Europa con genes de allá!), he tenido la gracia de participar en muchos sagrados rituales del Yage, la razón primordial es que mi casa (ubicada cerca de Cali)fue escogida por varios Taitas y Abuela para celebrar sus rituales, tuve también la suerte desde mi primera ingesta de Yage de observar grandes cantidades de mandalas, entes de la selva, y sensaciones extraordinarias. Y reconozco que hasta ahora el Yage siempre ha sido muy benigno conmigo. A diferencia de su relato a medida que avancé en los rituales y lograba mantener la vigilia, las mandalas y formas geométricas fueron desapareciendo, y lo que recibía era mensajes de enseñanza profunda e instrucciones a veces muy precisas, recuerdo una vez preguntar en visión porque no volvía a ver dichas imágenes y la respuesta fue: "Te estamos dando información valiosa y estas pidiendo dibujitos!" a lo cual pedí que perdonara y me tuvieran paciencia que mi atrevimiento era porque me faltaba mucho por aprender. Poco a poco se fue desarrollando la facilidad de ayudar a los demás para aliviarse, y posteriormente sanarlos. Hace poco estuve reunido con los hijos y nietos de Pacho PIAGUAJE en Pasto y compartimos 7 hermosos rituales, en los cuales nuevamente recibí mayores fuerzas para poder ayudar a sanar a los demás. A pesar de haber recibido en mi niñez y juventud una formación totalmente cartesiana, encontré en el Yage una fuente de información muy valiosa. Continuo ahora compartiendo el inmenso amor que el Yage tuvo conmigo para poder ayudar a quienes desean compartir los rituales. talleralasdecolibri@gmail.com

Mundomamá dijo...

Quisiera saber si hay la posibilidad de compartir mi experiencia con el yage y me ayudaran a decifrar las enseñanzas que estaba aportando para mi affraterapy@gmail.com

Muchas gracias

Unknown dijo...

Maravilloso, en verdad es excelente este material. Felicidades.

Anónimo dijo...

Muy interesante, y la experiencia que compartió el Dr. es lo mas sincera y se que es real yo viví la experiencia con el remedio y todos los días lo recuerdo mi vida se partió en dos, antes del Yage después del Yage. Mi experiencia el primer día fue el encuentro conmigo misma era mi alma desnuda la verdad aquella que no puedes ocultar era el reconocimiento de quien era realmente, ese si es el verdadero mundo. Aprendí a valorar muchas cosas encontré respuestas a tantas preguntas que por años me había hecho, entendí también que es mejor no preguntar cuando realmente no soportarías la verdad. Entendí también que no estamos solos, que nuestro paso por aquí son quizás pruebas, vinimos a aprender. Les cuento que estuve en mi mismo purgatorio donde el látigo me ajustaba y empece a reconocer cada una de mis faltas así como las recordaba me trasladaban y visualizaba cada una de ellas honestamente me sentía avergonzada de los errores cometidos, pedí perdón, di mi agradecimiento pues tuve la oportunidad de visualizar muchas cosas que en mi estado natural las veo todos los días pero jamás me había detenido a ver los detalles. Siempre me sentí sola a pesar de estar rodeada de personas ese era un dolor que siempre llevaba a cuestas, allí en el verdadero mundo del yage me mostraron que nunca estaba sola EL, Dios (Para mi Dios me acompaño) me dijo nunca te voy a dejar sola nunca y esas palabras en mi mente retornan cuando me estoy bajando de nota y automáticamente recuerdo que jamás estaré sola. Lo que debo hacer es portarme bien, ser mejor persona y cuando sienta que voy a caer en malos pasos recordar que en el mundo real del yage se rinden cuentas, pues aquí tenemos la oportunidad de escoger entre el bien y el mal. Allá en el mundo real no puedes mentir, no puedes ocultarte, no hay excusas. Esa experiencia es la mejor en la vida es una segunda oportunidad de vida, sientes la muerte, la ves si te lo permiten y así mismo deseas profundamente estar en pie en la tierra y te aseguras que de volver no seras mas el mismo. Puedo decir que me volví muy espiritual, he caído en errores claro pero los reprendo los reconozco y pido perdón voy a la iglesia. Hoy puedo decir que soy otra persona. Gracias a Dios por colocarme en el lugar, hora y con las personas indicadas. No fue antes de ni después de, era ese día.

Espero poderles compartir mi historia de comienzo a fin del remedio. Ahora no lo tomo llevo 7 meses sin probar pues la ultima experiencia fue tan fuerte que aun tengo temor. Este sábado 23 hay toma y no se si vaya quizás me decida. Quiero mucho a mis amigos indios. A todos bendiciones. a ustedes un abrazo.

Luisfer dijo...

Maravilloso escrito, lleno de objetividad y depurado analisis, mil gracias, estos son los aportes que enriquecen y nutren a la humanidad.

Michael dijo...

Cómo hiciera para contactar al autor?